La devoción del sospechoso X (Keigo Higashino).
¿A quién no le ha pasado
esto? Descubres un libro
fantástico. Lo lees con ansias y al
llegar al final quieres leer más, pero no se puede porque el libro se acabó. Buscas otros libros del autor, con la
esperanza de disfrutarlos tanto como el que acabas de terminar. Descubres que hay varios libros más… y que
todos están en un idioma que no conoces (y siguiendo las leyes de Murphy: no
hay traducción disponible a ninguno de los idiomas que si).
Keigo Higashino |
Keigo Higashino fue un
descubrimiento gracias a una página de reseñas.
Un autor desconocido para mi hasta este momento. Nació en Osaka, Japón. Ingeniero de profesión y presidente de la
Asociación de Escritores de Misterio de Japón.
En su tiempo libre decidió escribir y lleva varios libros publicados a
la fecha (la mayoría en japonés). Muchos
de ellos han sido adaptados para la televisión nipona. “La devoción del sospechoso X” es una (me
imagino que ser galardonada con el prestigioso premio Naoki, haber vendido más
de dos millones de copia y ser traducida a varios idiomas ayuda). Su siguiente libro “La Salvación de una
Santa” será devorado con altas expectativas.
Espero que no me decepcione, pues “Sospechoso X” no lo hizo.
Idea básica:
Yasuko Hanaoka, madre soltera y
divorciada, pensaba que por fin se había librado de su ex marido. Cuando éste aparece un día ante su puerta en
un complejo de apartamentos de Tokio, la escena se complica y el ex marido
acaba muerto en su casa. Madre e hija lo
han estrangulado. De pronto, Ishigami,
el enigmático vecino de la puerta de al lado, se ofrece a ayudarles a
deshacerse del cadáver y buscar la coartada perfecta. Todo parece estar funcionando a la
perfección, hasta que un viejo compañero de escuela de Ishigami queda
involucrado en la investigación. A
partir de ese momento nos enfrentamos a dos genios, cada uno en su campo,
enfrentándose desde lados opuestos de la ley.
Uno dispuesto a resolver el enigma y el otro, a impedirlo.
Opinión:
Un libro fantástico que no debe
ser pasado por alto. Desde hace tiempo
estoy tratando de evitar leer libros de las mismas escuelas del género negro ya
conocidas (norteamericana y nórdica, por citar las más frecuentes) y explorar voces desconocidas. Esta búsqueda me llevó a la misteriosa Asia
y decidí darle una oportunidad. No
me arrepiento.
De partida, es un viaje a Tokio
sin tener que gastar un solo dólar. Una
visión fugaz del diario vivir del japonés promedio, con sus problemas (como
todos) y algunos inherentes a su cultura.
Eso hace el libro interesante de salida.
Luego, una trama interesante con un comienzo sencillo y nada
original. Una madre y su hija que son
acosadas por el último esposo. En un
momento de confusión y furia, terminan asesinándolo.
Aquí termina lo
convencional. Mientras deciden que hacer
con el cadáver, llama su vecino y en pocas palabras les hace saber que sabe lo
que hicieron y que se ofrece a ayudarles a resolver el problema. No solo con el cuerpo del ex marido, sino
darles una coartada perfecta.
Este curioso giro es el gancho
para atraparlos. A medida que se va
desarrollando la investigación y las pistas van apareciendo, uno no deja de
preguntarse que planea Igashimi y como pretende proteger a la madre y a su
hija. Para su mala suerte, uno de los
encargados del caso solicita la ayuda de un viejo amigo. Un físico, el Dr. Manabu Yukawa (también
llamado Detective Galileo, por su profesión y dotes de investigador amateur),
ex compañero de Ishigami.
Su aparición eleva las apuestas,
pues enfrentamos a dos viejos amigos, casi genios en sus campos, desde las dos
perspectivas del crimen. Un combate de
ingenio que se puede resumir en una cita del libro:
“¿Qué es más difícil? ¿Crear un
problema sin solución o resolver dicho problema?”
Los personajes interesantes en su
simplicidad. Regulares, con sus manías,
defectos y virtudes. Cada uno tratando
de hacer lo que mejor hace. La tensión
se puede sentir con el pasar de las páginas y llega un punto en que uno quiere
saber que planeó Ishigami y, a la vez, quedarse en la duda para que se salga
con la suya. A veces al autor abusaba de
algo que llamó “El principio de la paciencia estirada”, que no es más que
revelar en unas cuantas palabras que el detective o Yukawa, en este caso, ha
descubierto una pista vital y luego dejarnos saber que no nos va a decir que
era tan importante hasta 50 o 100 páginas más tarde. Algo exasperante, pero el final bien vale
el sufrimiento.
El desenlace es fascinante. La solución al caso tan sencilla que, cuando
la sepan, se preguntarán como no lo habían pensado. Esa es una de las tantas bellezas de este
libro.
Conclusión:
Un excelente libro de
misterio. Un caso peculiar, personajes
que interactúan con la trama a la perfección y pistas dispuestas a la vista del
que quiera verlas. Tensión en cada página
y momentos llenos de emoción. No puedo
esperar a ponerle mis manos encima al siguiente libro en la serie “La Salvación
de una Santa”.
Dato curioso:
Hay una película del libro. No la he visto, pero si busqué el trailer. No me terminar de convencer, ya que se parece muy poco a lo que leí. Si consigo la película, les informo como está, pero por ahora... lean "La devoción del Sospechoso X".