Petros Markaris |
Su nombre verdadero es Bedros Markarian y nació en Estambul (Turquía). Se mudó a Grecia a los 17 años, pero un arreglo que debía ser temporal se convirtió en permanente gracias a un conflicto político que parece digno de una novela (después les cuento). El resultado final fue que el padre de Bedros, de origen armenio, aceptó la ciudadanía griega en 1974 y el que se convertiría en uno de los maestros contemporáneos de la novela negra se radicó en Atenas, donde vive actualmente. Sus conocimientos de economía se ven reflejados en sus obras, al igual que los sufrimientos de ver el país que lo acogió sumido en una crisis que se ha convertido noticia a nivel mundial. Habla y escribe en 3 idiomas, trabajó como guionista de teatro y televisión, ha escrito a la fecha más de una decena de libros y es receptor de múltiples premiaciones que incluyen la medalla Goethe (por sus contribuciones distinguidas al idioma alemán), el premio Negra y Criminal 2011, el premio Pepe Carvalho 2012 (auspiciado por el ayuntamiento de Barcelona y el Point du Polar Européen 2013. Su saga más conocida incluye al malhumorado, irreverente y cínico comisario griego Kostas Jaritos. Su primera obra: Noticias de la noche.
Idea general:
Poco después del
asesinato de un matrimonio de inmigrantes albaneses, un hombre, también
de origen albanés, se confiesa autor del crimen. El caso, en apariencia
cerrado, se desvela mucho más sórdido y complejo cuando una periodista
especializada en sucesos, Yanna Karayorgui, aparece asesinada. Kostas
Jaritos, comisario de la policía ateniense, es el encargado de la
investigación. Genuino antihéroe de novela negra, Jaritos recurrirá a su
intuición, cinismo y experiencia para desentrañar una trama de comercio
clandestino, muy turbio, en el que están en juego intereses económicos
de importantes organizaciones griegas y albanesas.
Opinión:
Desde el primer párrafo ya uno sabe que la novela va a ser diferente. El comisario Jaritos tiene una forma muy cínica de ver el mundo, como muchos otros detectives del género, pero sin llegar al grado de depresión que nos dan ganas de cortarnos las venas al ir leyendo. Les dejo el inicio de "Noticias de la noche" para que vean a que me refiero:
Cada mañana, a las nueve, nos observamos. Él permanece de pie ante mi escritorio, mirándome fijamente, no a los ojos sino un poco más arriba, justo en medio de la frente. «Soy un cretino», me dice, aunque no lo expresa con palabras.
Yo, sentado detrás de mi despacho a la mesa, le clavo la mirada en los ojos, ni más arriba ni más abajo: licencias del rango.
Yo, sentado detrás de mi despacho a la mesa, le clavo la mirada en los ojos, ni más arriba ni más abajo: licencias del rango.
«Sé que eres un cretino», le transmito, aunque tampoco pronuncio ni una palabra y es mi mirada la que habla. Mantenemos esta conversación diez meses al año —con la salvedad de los dos meses correspondientes a nuestras vacaciones— cinco días por semana, de lunes a viernes, sin intercambiar palabra alguna.
«Soy un cretino.»
«Sé que eres un cretino.»
Esa primera escena entre Jaritos y su compañero Zanasis abre el telón para una historia que parece simple. El homicidio de una pareja de albaneses que para Jaritos no parece ser un caso complicado. Incluso tienen un responsable, que confiesa haber cometido el crimen. Para su mala suerte, la reportera Yanna Karayorgui lo pone a dudar al sugerirle primero que hay bebés de por medio y después apareciendo asesinada en su camerino en Hellas Channel (nada menos que atravesada con el pie de una lámpara). A partir de aquí empieza la investigación que los llevara de los ojos hasta la última página, sumándose otros enredos, secretos y cadáveres. El desenlace no es lo que se esperan, se los puedo asegurar. No es precisamente original, pero puedo perdonárselo al autor en aras del desarrollo de la historia.
El uso de los albaneses como llave de entrada no es de extrañar. El libro salió publicado por primera vez en 1995 y
en la década de los noventa Grecia experimentó una migración masiva de albaneses tras la caída del comunismo en 1991. El autor debió vivir la entrada de esta mano de obra y los problemas que estas movilizaciones humanas generan en los países que los reciben. Jaritos tiene una particular animadversión por los albaneses, a quienes pone en el último escalón de la pobreza. En "Noticias de la noche" Jaritos piensa:
¿Quién tiene tiempo para ocuparse de los albaneses? Otra cosa sería si hubiesen matado a uno de los nuestros, a un griego, de esos que ahora comen sándwiches y crepés. Pero, entre ellos, que hagan lo que quieran. Basta con disponer de ambulancias para trasladarlos.
Jaritos es un personaje complejo. Está casado con Adrianí (a quien le gusta ver televisión más de lo necesario y que cuenta con habilidades culinarias extraordinarias) y tiene una hija a quién adora (Katerina) y que es una de las causas de discusión familiar. Solo lee diccionarios y busca palabras que relaciona con sus investigaciones (me recordó al Bevilaqua de Lorenzo Silva, con sus miniaturas). Aborda todos sus problemas con el estoicismo del que no espera más nada que pasar sus días con calma y sin muchos aspavientos. Los personajes secundarios complementan las historias y nos ayudan a ver el pensar y actuar de Jaritos.
El comisario es el director de orquesta y sus pasos nos muestran una sinfonía literaria que de seguro disfrutarán. Nos mostrará los problemas de esa Grecia que solo escuchamos de las noticias, pero contados desde las perspectivas que alguien que lo vive en carne propia (un detalle que aprecio al leer voces de autores de otros países). En su Mirafiori nos muestra las calles y edificiones de esa Atenas que recorre todos los días.
Fiat Mirafiori |
La trama empieza de una forma y a medida que avanzan las páginas se van dando nuevos episodios de violencia. Nuevas pistas aparecen que nos llevaran a la resolución final del crimen casi en el último capítulo. El ritmo es rápido y entretenido, muy a lo Camilleri. Un digno representante de la literatura negra mediterránea.
Conclusión:
Una excelente novela negra, personajes interesantes y una trama que rinde hasta la última página. Recomendado.
Datos curiosos:
1. El plato preferido de Jaritos son los tomates rellenos. Su esposa se los prepara como señal de paz cada vez que tienen una discusión (que no son pocas). ¿Díganme que no les dan ganas de pedir una orden justo ahora?
2. Albaneses en Grecia - El movimiento inverso.
En su momento, los albaneses huyeron de su país buscando mejores oportunidades para ellos y sus familias. Con la llegada de la crisis a Grecia, que inició por el 2009, los inmigrantes fueron los primeros en quedar cesantes. A pesar de que la legislación helénica en el 2013 aprobó una ley que le permite a la segunda generación de albaneses quedarse en Grecia y nacionalizarse (algo que no se podía hasta ese momento), miles de albaneses han regresado a Albania desde el inicio de la crisis. Prefieren regresar a su país a quedarse en Grecia. La ironía es para llorar.
3. Un poco de historia - El Pogromo de Estambul (les prometí que lo explicaría después).
Con este nombre se conoció una serie de disturbios que ocurrieron entre el 6 y 7 de septiembre de 1955 en Estambul. El poco conocido término de "Pogromo" se define como "el linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, de un grupo particular,
étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción o el expolio de
sus bienes" y eso es exactamente lo que ocurrió.
Gracias a una noticia que anunció que la casa del célebre estadista y quien fuera primer presidente de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk (el Atatürk es un sobrenbombre o título adjudicado por ley y que significa padre o antepasado), fue bombardeada el 5 de septiembre se desencadenó la furia de la población turca y una turba atacó a la comunidad griega de Estambul. Vejaciones, incendios, golpizas y asesinatos fueron la norma por 9 horas. Miles de griegos emigraron y perdieron sus propiedades.
¿Por qué dije al inicio que parecía
trama de una novela negra? Porque el bombardeo jamás ocurrió. Fue una noticia falsa y la "turba" fue llevada con antelación al sitio, las casa que debían ser atacadas marcadas con cruces desde días antes. Un golpe de estado en 1960 terminó con los llamados juicios de Yassiada, donde se acusó al primer ministro turco Adnan Menderes, al ministro de relaciones exteriores Fatin Rüstü Zorlu y al ministro del interior Namik Gedik de ser culpables de los disturbios (entre muchos otros cargos). Namik se sucidió antes del inicio del juicio. Menderes y Zorlu fueron encontrados culpables y ejecutados el 16 de septiembre de 1961.
¿La razón? La apelación griega a la ONU para demandar la autodeterminación de Chipre (que desde décadas antes quería unirse a Grecia). Los británicos, que tenían el mando de la isla desde la Primera Guerra Mundial, no querían que Grecia llevara la disputa al Consejo de Seguridad de la ONU y que el organismo lo considerara una lucha anticolonialista. Un año antes del pogromo, el embajador británico sugirió que nada se perdía si algo le llegaba a pasar a la casa del Atarük, por ejemplo. Se los dejo allí y me alejo bajo las sombras de la noche...