Algunas veces no buscamos los libros que leemos. Ellos nos encuentran cuando menos lo esperamos. Ese fue el caso con este libro. Estaba dando una conferencia en Costa Rica y decidí ir a una librería cercana al hotel a buscar literatura negra costarricense. Ya conocía a Daniel Quirós y quería encontrar algo local, tal vez no tan popular, pero igual de bueno. Esa búsqueda me llevó a decidirme por este libro.
Mirta González Suárez |
Su autora, Mirta González Suárez, es catedrática de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica, autora de más de 40 artículos en su área de trabajo y en el 2013, ganadora del prestigioso premio Aquileo J. Echeverría (categoría novela), el máximo galardón entregado por el Ministerio de Juventud, Cultura y Deportes de Costa Rica a las mejores obras publicadas en el año previo en diferentes varientes del arte (novela, poesía, teatro, cuento, música, historia, artes plásticas y ensayo) por su obra "Crimen con sonrisa". No es el único premio que he recibido (1992 - Premio de ensayo UNAM; 2016 - Premio "UNA palabra", entregado por la Universidad de Costa Rica), por lo que al leer la reseña del libro y conocer la biografía de su autora, supe que había encontrado mi próxima lectura.
Idea general:
¿Qué prefiere: unirse al crimen organizado o jugar al detective? ¿O tal vez le guste observar los hechos sin hacer nada?
Tiene en sus manos la historia de Juan, desde que ingresó a la universidad para estudiar Psicología hasta que años después encuentra - o cree encontrar - a Marilyn Monroe. Sobre ella todavía nos preguntamos: ¿suicidio o asesinato?
La vida del personaje, como la de cualquier persona, está rodeado de crímenes, y los peores son los que quedan impunes, aquellos en los que el asesino - brutal o muy fino - puede esbozar una sonrisa de satisfacción por haber logrado evadir el castigo.
En el momento de escoger, ¿tomará simbólicamente el revólver, puñal o pluma junto con el asesino o hará algo para defender a las posibles víctimas?
Si resuelve unirse a la mafia, recuerde que no debe dejar rastros evidentes en la escena del crimen. Por cierto, ¿esa huella digital es suya?
Opinión:
Si leyeron la reseña anterior, dudo que no se sientan tentado a echarle un ojo al libro. Desde un punto de vista de mercadeo, la portada y la reseña son los enganches más importantes. Ellos te seducen a comprar el contenido entre las dos, aun cuando el escritor sea conocido, mucho más cuando desconocemos otras obras de su mano. Sonaba a una novela negra interesante, mezcla de ficción con el conocido true-crime.
Masacre de Alajuela |
Lo positivo: una lectura interesante para conocer la historia algo violenta de Costa Rica. No solo los crimenes sin sentido que debieron poblar los diarios locales por meses (algunos con todas las pintas de un asesino serial suelto, como la masacre de Alajuela: siete mujeres aparecen con un tiro en la cabeza. La mayor de 41 años, la menor de 4), sino los políticos. Los propiciados por las ansias de poder o el abuso del mismo por los que ya estaban arriba. Edén Pastora, el ex-guerrillero, aparece como personaje de este libro (así como en Verano Rojo de Quirós). Leemos de las torturas, los abusos y las vejaciones de las fuerzas militares en contra de los que pensaban diferente o querían algo mejor, pero lo vemos desde la perspectiva de un estudiante de psicología, con sus propios problemas y dudas.
Lo negativo: si partimos de la premisa que el genoma de la novela negra es el crimen, Crimen con sonrisa tiene lo necesario. Lo malo es que hasta allí llega la similitud. Algunos personajes secundarios son interesantes (como la madre de Juan o sus compañeros),
pero otros aparecen y desaparecen como los parpadeos después de una noche de juerga. El principal, Juan, es bastante simple. Le falta la profundidad que uno espera de una novela negra. Su papel es funcionar de elemento conductor entre los relatos. No es fácil saltar de una joven siendo interrogada por sus nexos con la guerrilla (aun siendo inocente) a una trabajadora sexual con muchos secretos. Juan, siendo estudiante y luego profesor de psicología, consigue conectarlos, pero es por eso que el libro no pasa de ser una crónica roja.
Juan tiene sus momentos de profundidad y donde se torna interesante (como cuando es apresado, victima de las circunstancias y de un accidente mal manejado por los involucrados), pero son pocos y aislados. Lo importante no es él, sino las historias contadas en sus páginas.
Desde esa perspectiva, la novela comenzó con el pie izquierdo conmigo. Si hay algo que no me gusta es ser engañado (¿a quién le gusta?) y la reseña es un ejemplo. Al leerla, uno se hace una impresión mental del contenido. Está allí, no es mentira, pero es como encontrarme un anuncio en el periódico anunciando la venta de un Ferrari por 10 dólares y la foto de un flamante ejemplar de carrocería italiana color negro y cuando vas a verlo, es un modelo a escala. No fue una mentira, pero no es lo que buscabas.
Igual disfrute de su lectura. Nada como la vida real para mostrarnos que los monstruos creados por un escritor palidecen ante lo que los reales pueden hacer. No esperen giros inesperados o finales de infarto. No hay una trama en sí. Es una historia contada por Juan, donde los crímenes reales de la historia de Costa Rica forman parte. Muchos de esos ni solución tienen (el crimen de Alajuela tiene sus culpables "oficiales", pero muchos murieron en circunstancias extrañas y otros no pudieron ser ajusticiados. Algunos lo consideran un caso no resuelto con dos posibles culpables, uno de los cuales es un asesino en serie conocido como "El Psicópata" y que nunca fue atrapado). Otros relatos quedan muy abiertos y otros parecen haber sido lanzados a la mezcla como quien hace una sopa y decide a última hora agregarle una pizca de curry. Suena bien, sabe bien, pero el que la prueba siente un sabor fuera de lugar que no puede precisar.
Conclusión:
Una lectura diferente. Literatura centroamericana bien escrita, pero que es muy probable atrape a los lectores de Costa Rica más que a los de otras latitudes. No es lo que esperaba, así que me alejo del mismo con el sabor de curry en la lengua. Me gusta el picante, pero...
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